Turismo
Cultural
Frank
Omar Tabasca
“Ser, es estar en relación con otros seres”.
Jiddu Krishnamurti (1895-1986).
El
turismo cultural es parte de la evolución de la actividad turística,
incorporando nuevos elementos a la oferta turística generando nuevos empleos,
productos y servicios, buscando satisfacer una demanda que también evoluciona y
ahora está más informada e interesada por conocer las manifestaciones
culturales del destino que visita, tener un contacto más ameno y directo con la
comunidades que se ven beneficiadas económica, social y culturalmente.
Hoy
día, así como ahora hablamos de un turismo alternativo, distinto al tradicional
o convencional, también podemos hablar de una globalización alternativa, la
cual entra en la visión de esta tendencia, por consiguiente se hace referencia
a la dimensión o carácter social y cultural que tiene o puede tener la globalización,
haciendo una crítica constructiva que permite evidenciar que los pueblos del
mundo si quieren estar conectados armoniosamente sin tender a imponer estilos o
modos culturales a otros pueblos, porque a fin de cuentas el mundo es un
mestizaje, un misceláneo de elementos de uno u otro pueblos que se unieron para
conformar lo que hoy llamamos cultura popular y tradicional de los pueblos.
Esto
ha llevado al cuestionamiento del turismo tradicional o sol y playa que si bien
aún mantienen una gran demanda a nivel mundial necesita complementarse con
actividades culturales, ecológicas, entre otras para sustentarse sobre todo en
la época de desestacionalización.
El
turismo cultural es una alternativa, plantearlo como una nueva tendencia es un
dilema, puesto que los inicios del turismo fueron por razones y motivaciones
culturales, el deseo de obtener conocimientos de otras culturas a lo largo de
la historia. Cuando el factor económico adquirió mayor relevancia en la
actividad turística se alejó de su significancia cultural y lo más peyorativo
era la estela negativa que dejaba en un destino sin dejar beneficios de ningún
tipo a la población local, en las décadas de los 60,s y 70,s del siglo pasado
con los reclamos de diversas organizaciones ecológicas y culturales a nivel
mundial, se empezó a discutir y aprobar resoluciones donde se plasmaba el
derecho que tienen las comunidades de estar incluidas y recibir beneficios
económicos y sociales de parte de la actividad turística, así como el derecho a
la protección y conservación de su patrimonio cultural y natural.
Los
nuevos ambientes del turismo y su relación con la cultura buscan apartar al
turismo de esa connotación de actividad aristocrática, mucha gente piensa que
el turismo es solo para la gente con grandes recursos económicos, por eso uno
de los objetivos del turismo hoy día es acercar y atraer a aquellas personas
con esta manera de ver y pensar que en su mayoría son de escasos recursos y se
den cuenta que así como la alimentación y educación es un derecho humano1 también lo es el turismo,
que pueden desplazarse de su entorno habitual a otro distinto para realizar
actividades que le generen satisfacción, descubriendo y alimentando su visión
del mundo. Y donde la comunidad receptora, juega un papel muy importante,
puesto ayuda a motivar a los turistas a través de actividades programadas o no,
logrando la satisfacción total y plena de los turistas.
El
turismo es un hecho social por tanto no puede entenderse fuera de su contexto
socio cultural es a partir de esos aspectos que lo caracterizan que se
determina el proceso de cambio a los que puede adaptarse un destino.
Actualmente el turismo se caracteriza por la aparición de nuevos mercados, una
mayor selección a la hora de escoger núcleos receptores, aumento del interés
por el contacto con la naturaleza y lo cultural, partición de las vacaciones y
la aplicación de nuevas tecnologías.
Ahora
bien definir el turismo cultural es enmarañado, en él están inmersos dos
componentes que ya de por si son difíciles de definir, elaborar un concepto que
englobe todo los elementos que lo conforman de manera sistemática tiene sus
implicaciones. Para algunos autores el turismo cultural no debería ser una
tipología más en las llamadas nuevas tendencias del turismo, consideran que
debería englobar al turismo rural, urbano, gastronómico, de congresos o
eventos, agroturismo, idiomático, entre otros.
La
primera definición conocida fue la del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus
siglas en Ingles) del año 1976. “El
turismo cultural es la forma de turismo cuyo objeto es el descubrimiento de
monumentos y sitios” (1976).
La
Organización Mundial del Turismo nos brinda esta definición de turismo
cultural: “El movimiento de personas
debido esencialmente a motivos culturales como viajes de estudio, viajes a
festivales u otros eventos artísticos, visitas a sitios y monumentos, viajes
para estudiar la naturaleza, el arte, el folklore, y las peregrinaciones”
(1985).
Una
definición más pormenorizada la proporcionan los investigadores del área
turística y cultural I. Kravets& P. Camargo: El turismo cultural se da cuando el atractivo que llama al turista es
algún tipo de producción humana, una obra de arte o un conjunto de ellas, una
tradición culinaria, una construcción o un conjunto arquitectónico de
características muy peculiares, una ceremonia única en su género, una danza,
allí tendremos turismo cultural. Pero también es turismo cultural la
convivencia con comunidades indígenas o de pescadores, por ejemplo (2008).
El
ICOMOS (International Council on Monuments and Sites), que como se mencionó
antes fue el organismo que dio a conocer la primera definición de turismo
cultural en 1976, posteriormente en la 12da Asamblea General en México en
octubre de 1999 se adoptó la Carta Internacional sobre turismo cultural, en la
que se expresa que el turismo cultural: “es
un movimiento de personas esencialmente por una motivación cultural, tal como
el viaje de estudios, representaciones artísticas, festivales u otros eventos
culturales, visitas a lugares y monumentos, folklore, arte o peregrinación”
(1999).
Para
que exista el turismo cultural debe haber una motivación de índole cultural
puesto que es la que estimula y conlleva al turista a movilizarse a lugares
diferentes a su usual entorno y de igual modo construye su perfil que lo
identifica como un turista con deseos de satisfacer sus necesidades de
naturaleza cultural a través de la realización en su tiempo libre de
actividades de loisir.
Según
Del Mar & Mir (2000) se debe gestionar el turismo cultural para dirigirlo
sosteniblemente por lo que se hace necesario la observación de las siguientes
pautas de actuación para controlar la capacidad de carga turística con el
objetivo de evitar la degradación de las propias fuentes generadoras de la
actividad turística cultural y alcanzar, de este modo, un desarrollo sostenible
del turismo cultural:
-Accesibilidad:
Fijación de los límites de capacidad de carga de los recursos turísticos,
canalizando de manera adecuada el flujo de visitantes y realizando una adecuada
gestión de los horarios y de las condiciones de accesibilidad al patrimonio.
-Investigación:
potenciar las investigaciones y estudios de
forma que suministren datos e indicadores fiables sobre el flujo de visitantes
y la capacidad de carga de los recursos turísticos.
-Formación:
mejorar y especializar la formación del talento humano para adaptarse a las
necesidades de las distintas demandas de turismo cultural y favorecer la formación
de gestores de museos, monumentos, entre otros. También es necesario dar
formación a la población local residente sobre su patrimonio, de forma que sean
más respetuosos con el mismo y con el medio ambiente, así como darles
información sobre la cultura de los países de donde provienen los visitantes.
-Promoción
y comercialización: orientadas a diversificar
la oferta mediante la creación de nuevos productos de modo que se distribuyan
mejor los flujos turísticos entre los distintos recursos y a lo largo del año,
y de este modo permitir una mayor rentabilización de las infraestructuras
existentes. Además, es necesario orientar la promoción hacia la educación
cultural de la demanda.
-Interpretación:
sobre los recursos patrimoniales,
atendiendo a la autenticidad y la identidad local, lo que exige una continúa
actualización de la información en los distintos formatos de presentación.
-Presentación:
reconocimiento de la dialéctica de los grupos turísticos, ya que cada uno de
ellos (excursionistas, hombres de negocios, entre otros) tiene unas necesidades
y motivaciones diferentes en la contemplación de los recursos patrimoniales. Es
necesario realizar una delimitación del patrimonio de modo que se creen unas
infraestructuras y un diseño urbano que permita mejorar la calidad de vida de
los residentes y faciliten el desarrollo de la actividad turística.
-Financiación:
establecimiento de una tasa de retorno en la comercialización del patrimonio,
es decir, detraer de las rentas turísticas recursos que se destinen a la
conservación y mejora del patrimonio y ofrecer incentivos para la realización
de inversiones orientadas hacia la mejora del medio ambiente y la preservación
del patrimonio.
-Coordinación:
dada la complejidad competencial es necesaria la coordinación y cooperación
entre las administraciones públicas y el sector privado.
A
través de la constitución del binomio turismo-cultura se puede diversificar y
extender la oferta turística, aumentado así el gasto turístico y generando
iniciativas y suma de voluntades en pro de conservar el patrimonio cultural
como bastión para reforzar y afianzar la identidad cultural2 de los pueblos que conforman un destino a la vez que
se ofrece un turismo de mejor calidad. Constituyendo un instrumento para el
fortalecimiento de las relaciones entre los pueblos, una oportunidad que tienen
para dar a conocer sus atributos culturales, exaltando y enalteciendo su
sentido de pertenencia, conservando su identidad colectiva y viendo en el
turismo un gran potencial para crecer económica, social y culturalmente desde
adentro, es decir, teniendo como base el desarrollo endógeno bajo los principios
de la sostenibilidad.
El
modelo turístico que se desarrolla en líneas generales en Nuestra América está
afectado por factores exógenos (industrialismo) y no contempla lo endógeno (o
lo hace de manera irrita e irrelevante), se olvida que en los atractivos
turísticos está inmersa una comunidad con un patrimonio tangible e intangible
que debe ser tomada en cuenta seriamente, procurando la participación y
protagonismo de su propio desarrollo, un desarrollo turístico integral y
comunitario. De nada sirve que un destino crezca turísticamente si no toma en
cuenta a su gente, es como poblar una mente sin recuerdos.
El
turismo cultural es una gran herramienta para comenzar a romper paradigmas en
cuanto a desarrollo de un destino se refiere, con sus lineamientos y principios
amoldados a la realidad cultural de Nuestra América. Se puede contemplar en los
planes turísticos el sentir y palpitar de los pueblos de esta tierra, que
enfrenta los embates de un desarrollo turístico que supuestamente se basa en
los principios de la sostenibilidad, pero que realmente eso queda en el papel,
en palabras vacías y sin contenido en el accionar, hay que revertir la
papeleta, y convertir los hechos en palabras hacerlos hablar y que las palabras
sean “puestas en valor”, sean un
decir y hacer.
La
puesta en valor uno de los pilares fundamentales del turismo cultural, permite
un aprovechamiento adecuado y racional de la cultura para posteriormente
incluirla como un elemento distintivo y diversificador, que a su vez es
complementario, integral e innovador dentro del patrimonio turístico de
cualquier región.
Notas:
1 Los Derechos Humanos son
llamados humanos porque son del hombre, de la persona humana, de cada uno de
nosotros. El hombre es el único destinatario de estos derechos. Por ende,
reclaman reconocimiento, respeto, tutela y promoción de parte de todos, y
especialmente de la autoridad. Estos derechos son inherentes a la persona
humana, así también son inalienables, imprescriptibles. No están bajo el
comando del poder político, sino que están dirigidos exclusivamente por el
hombre. Así como todos los hombres poseen un derecho, siempre otro hombre
o estado deberá asumir una conducta frente a esos derechos, de
cumplir con determinadas obligaciones de dar, hacer u omitir (Vásquez, 2002).
2 La identidad está ligada
a la historia y al patrimonio cultural. La identidad cultural no existe sin la
memoria, sin la capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos o
referentes que le son propios y que ayudan a construir el futuro (Molano,
2006).
0 comentarios :
Publicar un comentario