Nueva Ciudad de Cádiz, Cubagua

Primera de Suramérica con título. 12 de septiembre de 1528.

lunes, 4 de mayo de 2015

Turismo Cultural - Frank Omar Tabasca.

Turismo Cultural

Frank Omar Tabasca

“Ser, es estar en relación con otros seres”.
Jiddu Krishnamurti (1895-1986).




El turismo cultural es parte de la evolución de la actividad turística, incorporando nuevos elementos a la oferta turística generando nuevos empleos, productos y servicios, buscando satisfacer una demanda que también evoluciona y ahora está más informada e interesada por conocer las manifestaciones culturales del destino que visita, tener un contacto más ameno y directo con la comunidades que se ven beneficiadas económica, social y culturalmente.


Hoy día, así como ahora hablamos de un turismo alternativo, distinto al tradicional o convencional, también podemos hablar de una globalización alternativa, la cual entra en la visión de esta tendencia, por consiguiente se hace referencia a la dimensión o carácter social y cultural que tiene o puede tener la globalización, haciendo una crítica constructiva que permite evidenciar que los pueblos del mundo si quieren estar conectados armoniosamente sin tender a imponer estilos o modos culturales a otros pueblos, porque a fin de cuentas el mundo es un mestizaje, un misceláneo de elementos de uno u otro pueblos que se unieron para conformar lo que hoy llamamos cultura popular y tradicional de los pueblos.


Esto ha llevado al cuestionamiento del turismo tradicional o sol y playa que si bien aún mantienen una gran demanda a nivel mundial necesita complementarse con actividades culturales, ecológicas, entre otras para sustentarse sobre todo en la época de desestacionalización. 


El turismo cultural es una alternativa, plantearlo como una nueva tendencia es un dilema, puesto que los inicios del turismo fueron por razones y motivaciones culturales, el deseo de obtener conocimientos de otras culturas a lo largo de la historia. Cuando el factor económico adquirió mayor relevancia en la actividad turística se alejó de su significancia cultural y lo más peyorativo era la estela negativa que dejaba en un destino sin dejar beneficios de ningún tipo a la población local, en las décadas de los 60,s y 70,s del siglo pasado con los reclamos de diversas organizaciones ecológicas y culturales a nivel mundial, se empezó a discutir y aprobar resoluciones donde se plasmaba el derecho que tienen las comunidades de estar incluidas y recibir beneficios económicos y sociales de parte de la actividad turística, así como el derecho a la protección y conservación de su patrimonio cultural y natural.


Los nuevos ambientes del turismo y su relación con la cultura buscan apartar al turismo de esa connotación de actividad aristocrática, mucha gente piensa que el turismo es solo para la gente con grandes recursos económicos, por eso uno de los objetivos del turismo hoy día es acercar y atraer a aquellas personas con esta manera de ver y pensar que en su mayoría son de escasos recursos y se den cuenta que así como la alimentación y educación es un derecho humano1 también lo es el turismo, que pueden desplazarse de su entorno habitual a otro distinto para realizar actividades que le generen satisfacción, descubriendo y alimentando su visión del mundo. Y donde la comunidad receptora, juega un papel muy importante, puesto ayuda a motivar a los turistas a través de actividades programadas o no, logrando la satisfacción total y plena de los turistas.


El turismo es un hecho social por tanto no puede entenderse fuera de su contexto socio cultural es a partir de esos aspectos que lo caracterizan que se determina el proceso de cambio a los que puede adaptarse un destino. Actualmente el turismo se caracteriza por la aparición de nuevos mercados, una mayor selección a la hora de escoger núcleos receptores, aumento del interés por el contacto con la naturaleza y lo cultural, partición de las vacaciones y la aplicación de nuevas tecnologías.


Ahora bien definir el turismo cultural es enmarañado, en él están inmersos dos componentes que ya de por si son difíciles de definir, elaborar un concepto que englobe todo los elementos que lo conforman de manera sistemática tiene sus implicaciones. Para algunos autores el turismo cultural no debería ser una tipología más en las llamadas nuevas tendencias del turismo, consideran que debería englobar al turismo rural, urbano, gastronómico, de congresos o eventos, agroturismo, idiomático, entre otros.


La primera definición conocida fue la del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus siglas en Ingles) del año 1976. “El turismo cultural es la forma de turismo cuyo objeto es el descubrimiento de monumentos y sitios” (1976).


La Organización Mundial del Turismo nos brinda esta definición de turismo cultural: “El movimiento de personas debido esencialmente a motivos culturales como viajes de estudio, viajes a festivales u otros eventos artísticos, visitas a sitios y monumentos, viajes para estudiar la naturaleza, el arte, el folklore, y las peregrinaciones” (1985).


Una definición más pormenorizada la proporcionan los investigadores del área turística y cultural I. Kravets& P. Camargo: El turismo cultural se da cuando el atractivo que llama al turista es algún tipo de producción humana, una obra de arte o un conjunto de ellas, una tradición culinaria, una construcción o un conjunto arquitectónico de características muy peculiares, una ceremonia única en su género, una danza, allí tendremos turismo cultural. Pero también es turismo cultural la convivencia con comunidades indígenas o de pescadores, por ejemplo (2008).
       

El ICOMOS (International Council on Monuments and Sites), que como se mencionó antes fue el organismo que dio a conocer la primera definición de turismo cultural en 1976, posteriormente en la 12da Asamblea General en México en octubre de 1999 se adoptó la Carta Internacional sobre turismo cultural, en la que se expresa que el turismo cultural: “es un movimiento de personas esencialmente por una motivación cultural, tal como el viaje de estudios, representaciones artísticas, festivales u otros eventos culturales, visitas a lugares y monumentos, folklore, arte o peregrinación” (1999).


Para que exista el turismo cultural debe haber una motivación de índole cultural puesto que es la que estimula y conlleva al turista a movilizarse a lugares diferentes a su usual entorno y de igual modo construye su perfil que lo identifica como un turista con deseos de satisfacer sus necesidades de naturaleza cultural a través de la realización en su tiempo libre de actividades de loisir.


Según Del Mar & Mir (2000) se debe gestionar el turismo cultural para dirigirlo sosteniblemente por lo que se hace necesario la observación de las siguientes pautas de actuación para controlar la capacidad de carga turística con el objetivo de evitar la degradación de las propias fuentes generadoras de la actividad turística cultural y alcanzar, de este modo, un desarrollo sostenible del turismo cultural:


-Accesibilidad: Fijación de los límites de capacidad de carga de los recursos turísticos, canalizando de manera adecuada el flujo de visitantes y realizando una adecuada gestión de los horarios y de las condiciones de accesibilidad al patrimonio.
-Investigación: potenciar las investigaciones y estudios de forma que suministren datos e indicadores fiables sobre el flujo de visitantes y la capacidad de carga de los recursos turísticos.
-Formación: mejorar y especializar la formación del talento humano para adaptarse a las necesidades de las distintas demandas de turismo cultural y favorecer la formación de gestores de museos, monumentos, entre otros. También es necesario dar formación a la población local residente sobre su patrimonio, de forma que sean más respetuosos con el mismo y con el medio ambiente, así como darles información sobre la cultura de los países de donde provienen los visitantes.
-Promoción y comercialización: orientadas a diversificar la oferta mediante la creación de nuevos productos de modo que se distribuyan mejor los flujos turísticos entre los distintos recursos y a lo largo del año, y de este modo permitir una mayor rentabilización de las infraestructuras existentes. Además, es necesario orientar la promoción hacia la educación cultural de la demanda.
-Interpretación: sobre los recursos patrimoniales, atendiendo a la autenticidad y la identidad local, lo que exige una continúa actualización de la información en los distintos formatos de presentación.
-Presentación: reconocimiento de la dialéctica de los grupos turísticos, ya que cada uno de ellos (excursionistas, hombres de negocios, entre otros) tiene unas necesidades y motivaciones diferentes en la contemplación de los recursos patrimoniales. Es necesario realizar una delimitación del patrimonio de modo que se creen unas infraestructuras y un diseño urbano que permita mejorar la calidad de vida de los residentes y faciliten el desarrollo de la actividad turística.
-Financiación: establecimiento de una tasa de retorno en la comercialización del patrimonio, es decir, detraer de las rentas turísticas recursos que se destinen a la conservación y mejora del patrimonio y ofrecer incentivos para la realización de inversiones orientadas hacia la mejora del medio ambiente y la preservación del patrimonio.
-Coordinación: dada la complejidad competencial es necesaria la coordinación y cooperación entre las administraciones públicas y el sector privado.



A través de la constitución del binomio turismo-cultura se puede diversificar y extender la oferta turística, aumentado así el gasto turístico y generando iniciativas y suma de voluntades en pro de conservar el patrimonio cultural como bastión para reforzar y afianzar la identidad cultural2 de los pueblos que conforman un destino a la vez que se ofrece un turismo de mejor calidad. Constituyendo un instrumento para el fortalecimiento de las relaciones entre los pueblos, una oportunidad que tienen para dar a conocer sus atributos culturales, exaltando y enalteciendo su sentido de pertenencia, conservando su identidad colectiva y viendo en el turismo un gran potencial para crecer económica, social y culturalmente desde adentro, es decir, teniendo como base el desarrollo endógeno bajo los principios de la sostenibilidad.


El modelo turístico que se desarrolla en líneas generales en Nuestra América está afectado por factores exógenos (industrialismo) y no contempla lo endógeno (o lo hace de manera irrita e irrelevante), se olvida que en los atractivos turísticos está inmersa una comunidad con un patrimonio tangible e intangible que debe ser tomada en cuenta seriamente, procurando la participación y protagonismo de su propio desarrollo, un desarrollo turístico integral y comunitario. De nada sirve que un destino crezca turísticamente si no toma en cuenta a su gente, es como poblar una mente sin recuerdos.


El turismo cultural es una gran herramienta para comenzar a romper paradigmas en cuanto a desarrollo de un destino se refiere, con sus lineamientos y principios amoldados a la realidad cultural de Nuestra América. Se puede contemplar en los planes turísticos el sentir y palpitar de los pueblos de esta tierra, que enfrenta los embates de un desarrollo turístico que supuestamente se basa en los principios de la sostenibilidad, pero que realmente eso queda en el papel, en palabras vacías y sin contenido en el accionar, hay que revertir la papeleta, y convertir los hechos en palabras hacerlos hablar y que las palabras sean “puestas en valor”, sean un decir y hacer.


La puesta en valor uno de los pilares fundamentales del turismo cultural, permite un aprovechamiento adecuado y racional de la cultura para posteriormente incluirla como un elemento distintivo y diversificador, que a su vez es complementario, integral e innovador dentro del patrimonio turístico de cualquier región.






Notas:

1 Los Derechos Humanos son llamados humanos porque son del hombre, de la persona humana, de cada uno de nosotros. El hombre es el único destinatario de estos derechos. Por ende, reclaman reconocimiento, respeto, tutela y promoción de parte de todos, y especialmente de la autoridad. Estos derechos son inherentes a la persona humana, así también son inalienables, imprescriptibles. No están bajo el comando del poder político, sino que están dirigidos exclusivamente por el hombre. Así como todos los hombres poseen un derecho, siempre otro hombre o estado deberá asumir una conducta frente a esos derechos, de cumplir con determinadas obligaciones de dar, hacer u omitir (Vásquez, 2002).

2 La identidad está ligada a la historia y al patrimonio cultural. La identidad cultural no existe sin la memoria, sin la capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos o referentes que le son propios y que ayudan a construir el futuro (Molano, 2006).





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