Nueva Ciudad de Cádiz, Cubagua

Primera de Suramérica con título. 12 de septiembre de 1528.

MUSEO NUEVA CÁDIZ

El edificio que hoy sirve de sede al Museo Nueva Cádiz fue construido entre los años 1609 y 1612, por el gobernador de Margarita para entonces, Don Bernardo de Vargas Machuca, y tenía dos finalidades: la planta baja se dedicó a la cárcel púbica y la planta alta se dedicó al cabildo o al ayuntamiento.

JARDÍN DEL MUSEO NUEVA CÁDIZ

En él se hallan una amplia variedad de árboles ornamentales y frutales. Entre ellos el denominado “Pandano” una planta tropical con el tronco ramificado y curvado que puede alcanzar varios metros de altura.

LAS PERLAS DE CUBAGUA

La isla de Cubagua que conforma junto con las de Margarita y Coche el estado Nueva Esparta de Venezuela, fue el primer asentamiento español en suelo venezolano y su existencia inicial se debió fundamentalmente a la extracción de las perlas que abundaban en sus aguas y que desaparecieron debido a su explotación irracional.

RUINAS DE LA CIUDAD DE NUEVA CÁDIZ

Nueva Cádiz fue la primera ciudad española de Sur América, organizada en 1526 como Villa de Santiago y luego en 1528 obtuvo formalmente el título de ciudad de Nueva Cádiz. Allí se ejerció una explotación perlífera inmisericorde que les permitió a los conquistadores construir una ciudad relativamente grande, con dos iglesias, otros edificios públicos y de habitación.

ESCULTURAS DE JESÚS CRISTO

Esculturas que reflejan la vida y obra de Jesús Cristo de autoría anónima. “Humildad y Paciencia” y “Jesús atado a la Columna”. Fueron usadas en la Semana Santa de la ciudad de La Asunción.

miércoles, 14 de enero de 2015

Puesta en Valor de las Manifestaciones Culturales - Frank Omar Tabasca

Puesta en Valor de las Manifestaciones Culturales




Frank Omar Tabasca


“Dale valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan”.
Gabriel García Márquez (1927-2014).



Antes de discernir sobre la puesta en valor de las manifestaciones culturales es necesario definir estos dos elementos:


El Instituto del Patrimonio Cultural de Venezuela (IPC), define las manifestaciones culturales de la siguiente manera:


“Son todas aquellas expresiones del hacer colectivo y cotidiano que se reiteran en el tiempo, renovándose y especializándose, y que permiten la creación de una identidad definida por quienes participan de este hacer, en el espacio y en el tiempo. Decimos que son expresiones del hacer colectivo y cotidiano porque estas manifestaciones nacen de la necesidad de comunicar una experiencia que sólo de forma compartida puede ser útil para quienes la profesan, por ejemplo la manera de hacer las redes de pesca y cómo y dónde lanzarlas la forma de sembrar, el tiempo adecuado para hacerlo, el cuidado que requiere y la cosecha y posterior procesamientos de tal o cual fruto” (s/f).


Con respecto a la definición de puesta en valor, hay que mencionar que no hay una definición tajante y clara, el término tiene diferentes acepciones de las diversas áreas del saber, sus interpretaciones van desde la arquitectura, la industria, el comercio, el deporte, entre otras y lo que concierne en este caso como lo es binomio cultura y turismo.


El término lleva intrínsecamente un paralelismo con el significado de restaurante, es decir, restaurar el cuerpo luego de una actividad física, así como también arreglar bienes muebles e inmuebles o acondicionar espacios para realizar actividades científicas, de ocio, esparcimiento, observación, entre otros. En el turismo tiene una connotación parecida pero con otra dirección, sirve como preámbulo, donde a través de exhaustivos estudios se toman decisiones y medidas para preparar, adecuar y condicionar el uso e incorporación del patrimonio cultural y natural a la oferta turística de un destino para disfrute de los turistas y ciudadanos.


Para el investigador Moyoli la puesta en valor del patrimonio cultural es equivalente a su uso social, al respecto expresa lo siguiente:


“La puesta en valor o puesta en uso social, equivale a habilitar el patrimonio cultural de las condiciones objetivas y ambientales, que sin desvirtuar su naturaleza, resaltan sus características y permiten su óptimo aprovechamiento. El programa incluye la valorización del patrimonio, como un proyecto que busca aumentar su valor cualitativo tomando en cuenta las ventajas económicas asociadas al mismo. Se trata de poner en productividad una riqueza inexplotada que lejos de mermar su significado la acrecienta, pasándola del dominio exclusivo de las minorías eruditas al conocimiento y disfrute de la mayoría de la población” (2011).


La puesta en valor es darle un uso ya sea simbólico o económico a las manifestaciones culturales de una localidad. Además, busca adecuar y facultar a los diversos factores que interactúan en una comunidad para estar conectados y coordinados, disponer de los mecanismos que permitan sentar base y proponer tácticas para usar el patrimonio cultural en beneficio de los habitantes de una comunidad a la vez que se da a conocer para el deleite de los visitantes.


No se limita solamente a su valorización, en ella debe estar presente la reparación, adecuación y amoldamiento de instalaciones para que los recursos tanto tangibles como intangibles puedan expresarse plenamente y en total libertad. Para este cometido es necesario crear y constituir programas que le den una mayor preponderancia a las manifestaciones culturales conformando todo un sistema de conservación integral y participativa.


Puede tener diversas connotaciones, la estética y la artística, la valoración simbólica que tiene inmerso el aspecto socio cultural y la valoración desde el área académica, todas son bien recibidas a la hora de ahondar en el minucioso estudio de la puesta de valor de un bien patrimonial para llevarlo al sitial que se merece como objeto de estudio, significación, admiración y como fuente de atracción para captar turistas que brindarán igualmente su propia perspectiva sobre la cultura como motivación turística. 


Comprende la interpretación y difusión de los significados aglutinados en un bien cultural, y a partir de allí la comunidad en conjunto con otros actores deben elaborar acciones para ejercer una aptitud en beneficio de su preservación y conservación, es decir, asumir una gestión integral y participativa ya que son responsables de su cuidado y manejo.
       

Sintetizando, la puesta en valor de las manifestaciones culturales implica diversos factores como la valorización, adecuación, coordinación, conexión y una gestión integral y participativa entre todos los actores encargados de darle a los bienes culturales el sitial que se merece dentro de una comunidad que debe ser la primera beneficiada de las investigaciones y establecimiento de acciones que tienen como finalidad generar una conciencia individual y colectiva que significa que la comunidad asuma una actitud y aptitud que la comprometan a resguardar y difundir los aspectos simbólicos y socio culturales de su acervo cultural ya implica a su vez fortalecer su identidad cultural1.





Dicho esto se debe entender que la puesta en valor no se trata solamente de habilitar cómodos espacios para la recreación y esparcimiento de los turistas, primero están los habitantes de la comunidad quienes son sujetos de la cultura, como expresa Manrique (2011) la cultura son las maneras espontaneas en las que el pueblo siendo sujeto de la cultura -no objeto- crea, recrea y vivencia sus pensamientos, sentimientos, así como también sus valores2, normas y costumbres, como igual la sabiduría que le viene del fondo de las edades, y comunica, en el caso de nuestra venezolanidad, orígenes indios, blancos, negros, campesinos y mestizos.


El turismo es un instrumento que sirve para dar a conocer y expandir los bienes culturales tanto tangibles como intangibles de una comunidad, pero se debe tener nociones de antemano sobre cuales elementos culturales pueden beneficiar la actividad turística, debido a que se corre el riesgo de que algunas empresas turísticas en su afán por incrementar la demanda de turistas y por ende el gasto turístico a veces se prestan para tergiversar la música, bailes, danzas, festivales religiosos y otras manifestaciones culturales dañando seriamente la esencia y significados de la cultura popular y tradicional.


PARA LA PUESTA EN VALOR DE LAS MANIFESTACIONES CULTURALES SE PUEDEN SEGUIR LOS SIGUIENTES CRITERIOS:


-Realizar una investigación exhaustiva de una manifestación cultural, basándose en el estudio de sus orígenes, evolución, significados, modificaciones, formas de apropiación a través del tiempo y de aprovechamiento turístico controlado. Es la comunidad quien en conjunto con los actores del turismo pueden ofrecer información sobre la historia, técnicas y funciones de sus manifestaciones culturales, dejándole a los turistas nociones acerca de la cultura popular y tradicional de los pueblos.


-Constituir metodologías para el mantenimiento y salvaguarda las manifestaciones culturales acondicionándolas para un uso adecuado y en cumplimiento con normativas culturales para el deleite de los turistas y ciudadanos. Además teniendo en cuenta que son dinámicas y sufren modificaciones reversibles e irreversibles en cuanto a tiempo y espacio donde se desarrolla, pero se debe velar para que sus características esenciales se mantengan invariables y no sufran los efectos negativos (transculturización) del proceso de aculturación.


-Establecer las condiciones de uso necesarias para preparar y presentar ante los turistas y ciudadanos espectáculos de música popular y tradicional, bailes y danzas típicas, teatro, titiriteros, entre otras actividades culturales. Esto implica tomar en cuenta la capacidad de carga para sustentar el mantenimiento integral del patrimonio cultural, sus valores socio-culturales y de la calidad de vida de la comunidad residente en el destino al mismo tiempo que la productividad y adaptación a la actividad turística.


En resumen la puesta en valor buscar incentivar a la población que reside en un destino a que valore o incremente su grado de sensibilización hacia ciertos elementos de naturaleza tangible e intangible que conforman su patrimonio cultural y natural, siendo participe de la planificación que permita sustentar la activación del patrimonio a través de un uso que enaltezca sus cualidades históricas, espirituales y recreacionales a la vez que su conservación y defensa integral, haciendo énfasis en los criterios que aseguren su uso en el presente y para las generaciones futuras. Es primordial que la población esté incluida en el proceso para la puesta en valor de su patrimonio cultural y natural, pues es la que tiene mayor conocimiento sobre sus orígenes, significados y usos y por ende de su preservación y conservación. Porque el patrimonio cultural y natural no es solo una herencia y presencia estática de una comunidad, sino que debe trasmitirse al resto del mundo e integrarse al desarrollo turístico de la comunidad a la que pertenece. Los turistas podrán asistir a eventos y festivales de música local o de danzas, ferias artesanales, entre otros, acrecentando así su experiencia en el destino y posicionándolo como un destino único y auténtico. 




1.La identidad sólo es posible y puede manifestarse a partir del patrimonio cultural, que existe de antemano y su existencia es independiente de su reconocimiento o valoración. Es la sociedad la que a manera de agente activo, configura su patrimonio cultural al establecer e identificar aquellos elementos que desea valorar y que asume como propios y los que, de manera natural, se van convirtiendo en el referente de identidad (...) Dicha identidad implica, por lo tanto, que las personas o grupos de personas se reconocen históricamente en su propio entorno físico y social y es ese constante reconocimiento el que le da carácter activo a la identidad cultural (...) El patrimonio y la identidad cultural no son elementos estáticos, sino entidades sujetas a permanentes cambios, están condicionadas por factores externos y por la continua retroalimentación entre ambos (Bákula, 2000 citado por Moreno, 2006).

2.Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud. Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive.  Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa (Jiménez, 2010).



AUTOR:
-Tabasca León, Frank (2014). “Puesta en Valor de las Manifestaciones Culturales”. Publicado en la revista regional MARABIERTO. Julio-Diciembre 2014, Nro. 2, Año 1. pp. 14-15. Instituto Autónomo de Cultura del Estado Nueva Esparta (IACENE). La Asunción, estado Nueva Esparta, Venezuela.