Contestación de
F. E. Gómez a Morillo.
Retrato de Pablo Morillo Morillo, de Horace Vernet. Óleo
sobre lienzo, 1820-1822. Museo del Hermitage. San Petersburgo, Rusia.
Francisco Javier
Yanes
Proclama del General en
Jefe español.
“Habitantes de Margarita. Desde Ocaña
os prometí en abril del año último que vendría sobre estas costas para castigar
a los sediciosos y restablecer el orden que habían alterado.
“El hipócrita y despreciable Arismendi
decía que os engañaba y que la presunción y el orgullo dirigía mi voz desde las
orillas del Magdalena. Ya veis si he cumplido mi promesa, después de dejar
sumisas al Rey, y gozando de su antigua felicidad las hermosas provincias del Nuevo
Reino de Granada. Juzgad ahora de mi conducta, y conoced vuestra situación.
“Habitantes de Margarita. Sé todos los
pormenores de vuestra revolución, y conozco los infames que la han causado.
Estos mismos por la mayor parte os abandonan a vuestra propia suerte, como
cobardes que son, al momento que me he aproximado, y huyen a la sola idea del
riesgo que les amenaza.
“Ese Arismendi, nacido para vuestro
mal, tan cobarde como ruin, no vendrá en vuestro auxilio, ni tampoco la
multitud de miserables que han blasonado, cuando nada temían de cerca; ahora
todos emigran, os abandonan con diversos pretextos; y el pirata Brión, concluye
con saquear la isla y fugarse con sus buques1.
“En este estado, os convido nuevamente
con la clemencia de nuestro amado soberano el Sr. Don Fernando VII cuyo augusto
y magnánimo corazón se complace solo en el bien y felicidad de sus vasallos. Aprovechaos
pues de ella y contad con el perdón de vuestros crímenes si os sometéis desde
luego.
“Sabéis por experiencia que sé cumplir
mis ofertas y que mi palabra es inviolable. Vuestra suerte no puede ser dudosa,
cuando es constante que además de la división expedicionaria que acaba de
llegar de la península, tengo a mi disposición las divisiones del ejército,
cuyo valor y decisión son bien conocidos.
“Si a pesar de este paso que doy en
obsequio de la humanidad y como una consecuencia de los principios que siempre
han dirigido mi conducta, os empeñáis en vuestra rebeldía, como lo habéis manifestado
desde el momento de mi desembarco, nada habrá que detenga mis empresas; y
cesando las consideraciones y las esperanzas de vuestra reducción, marcharé
sobre vosotros con fuerzas respetables que están a mis órdenes: la desolación y
el terror irán delante de ellas; y si los traidores de Barcelona acabaron con
su mísera existencia; en esta isla desleal no quedarán ni las cenizas, ni aun
la memoria de los rebeldes que despreciaron la piedad del Soberano, y se
empeñaron en su exterminio. Cuartel General del Campamento de los Barales, 17
de julio de 1817. —El General en jefe.—Pablo Morillo”.
Intimación
al Comandante General
En seguida dirigió
una intimación al Comandante de las armas de la isla concebida en los mismos
términos y en el estilo siempre fulminante y amenazador tan propio, y solo
propio del español en mando, y es como sigue:
“Don Pablo Morillo &. Al Comandante
de la fuerza armada que se halla en Margarita. Las tropas del Rey, bajo mi
mando vuelven otra vez a pisar el suelo de esta isla, y espero que pronto se
halle toda ella sometida a la dominación de su legítimo Soberano.
“Conozco muy bien vuestros comprometimientos,
y estoy persuadido que la masa general de los habitantes no ha querido atraerse
sobre sí tantos y tan desastrosos males. Vuestra desgracia es obra de un hombre
perverso; y la sangre que se ha derramado y las inquietudes y zozobras que os
han traído es el presente más digno que ha podido haceros su detestable
corazón.
“Soy conocido de todos vosotros; y mi
lenguaje y mis sentimientos no deben seros sospechosos. Estoy dispuesto a
emprender una campaña, cuyo resultado no puede ser dudoso; bien sabéis los
medios de que dispongo, harto suficientes para realizar mis planes.
“Sin embargo, amante de la humanidad y
siempre propenso al bien, he meditado haceros esta intimación acompañada de una
proclama al pueblo de Margarita, en que con la franqueza propia de un militar,
le manifiesto mis intenciones.
“La suerte os ha colocado en una situación
en que podéis hacer la verdadera felicidad de vuestra patria, tomando el único
partido que os aconseja la razón y el deber.
“Si hacéis desarmar los habitantes; si
os sometéis con ellos a la obediencia de nuestro amado Soberano el Señor Don
Fernando VII cesará toda hostilidad: se olvidarán los acaecimientos pasados; y podéis
contar con la protección del gobierno de S. M. Los jefes o personas leales que
os acompañen a este servicio importante serán atendidos igualmente y
recompensados a proporción del mérito que contraigan.
“El encargado de presentaros esta
intimación os instruirá menudamente en todo lo que deseéis saber para dirigir
vuestra conducta.
“No se me culpará en lo sucesivo de
los desastres que puedan seguirse si la obstinación y la infidelidad es vuestro
partido; pudiendo aseguraros que sin amenazar vanamente, ni hacer ostentación
de mi poder, será tan ejemplar el escarmiento de esta isla, que no quedará uno
solo que no sufra el castigo de sus crímenes, ni que conserve la memoria de los
hechos sangrientos y terribles que sufrirán ellos y sus familias. Cuartel
General de los Barales. 17 de julio de 1817.—Pablo Morillo.”
Enterado el
Comandante General de estos documentos dio la respuesta que sigue:
Contestación de F. E.
Gómez.
“El General en jefe del Ejército Libertador
de la isla de Margarita. Al Exmo. Señor General en Jefe de las tropas del Rey.
“Exmo. Señor: Los espartanos de Colombia
han visto con bastante admiración el parlamento inesperado que V. E. les envía:
extrañan el bárbaro estilo de intimar la rendición de esta isla, después de haber
hostilizado atrevidamente sus costas sin preceder aquel requisito, y se
complacen al ver que V. E. ha conocido su yerro, cuando ya todos se hallan
irritados y revestidos con las nobles insignias del valor para vengar los
nuevos ultrajes que se les irrogan.
“Las tropas del Rey que tiene V. E.
bajo su mando nada han adelantado con pisar otra vez las áridas playas de
Margarita, y el esperar por esto que vuelva a la tiránica dominación española,
es tan difícil como que V. E. cumpla las promesas que hace bajo la mentida
frase de que su palabra es inviolable.
“Si V. E. conoce los comprometimientos
de la masa general de esta isla, debe también sacar por consecuencia, que no es
ya la causa de un particular la que defendemos y que el general Arismendi a
quién V. E. atribuye el origen de nuestras desgracias, lejos de traernos esos supuestos
males puso en nuestras manos el precioso don de la libertad, y supo conducirnos
a la cumbre de la gloria dejándonos a su partida sabias lecciones para
defendernos, y fieles modelos para vencer españoles.
“La sangre que se ha derramado y la
que derramará, emana del intimo impulso que tiene todo hombre al defenderse de
su enemigo y del implacable odio que profesan los margariteños a sus opresores
y no de las ideas perversas de nuestro héroe; del entusiasmo que a todos nos
anima para sepultarnos entre las ruinas de nuestro país con cuantos objetos
amables poseemos, antes que dejar a la posteridad el confuso lunar de la
humillación y vasallaje en el brillante cuadro de nuestras victorias.
“Cierto es que V. E. es bien conocido
de nosotros, y jamás borrarán de su memoria los margariteños la duración,
aunque efímera de sus pasadas promesas: males de toda especie cayeron sobre
nosotros en vez de los prometidos beneficios: un grito general se oyó en toda la
isla, y este lastimoso clamor fue el que instigó al pueblo a usar del derecho
de insurrección que le permite la ley de la naturaleza y de todas las
sociedades.
“Desde entonces ratificó el juramento
que antes había hecho por su independencia y libertad y tomando por divisa morir
o vencer borró para en adelante las palabras de perdón y olvido de lo pasado
con que todos los jefes españoles ocultan y abrigan sus verdaderas intenciones,
y disfrazan sus tramas para sacrificarnos.
“Así pues, está por demás repetir estas
promesas, como también el paso que V. E. ha tenido la bondad de dar en favor de
la humanidad, enviándonos su proclama e intimación, no pudiendo dejar de
advertirle que hemos fijado muy atentamente la consideración en la amenaza que nos
hace V. E. de la total desolación de la isla si no convenimos con lo que
soberanamente nos intima. Por tales expresiones de V. E., por los
comprometimientos primitivos, y por los que en virtud de la conducta de los
agentes de V. E., en esta isla, tomó el pueblo resolutivamente, acabará de
conocer los uniformes sentimientos de estos habitantes, para el último arreglo
de su conducta, debiendo añadir, que si V. E. fuere vencedor se hará dueño de
los escombros, de las cenizas y de los lúgubres vestigios que a su pesar quedarán
de nuestra constancia y valor con más brillo que los de Sagunto y Numancia. Si
la fuerza y los medios que están a disposición de V. E. son tales cuales nos
los pinta, bien podrá coger por triunfo, para satisfacer la tirana ambición de
su soberano, y complacerse, en ellos, la área estéril y desolada de la isla Margarita,
pero jamás podrá decir que se le rindieron sus ilustres defensores, Cuartel
General de la Sabana Grande a 18 de julio de 1817. 7mo. Francisco Esteban
Gómez.”
Esta contestación hirió vivamente el
orgullo de Morillo, prorrumpiendo al leerla en sus expresiones de costumbre; y
mandando luego poner en movimiento todas las fuerzas de tierra y mar, dio las
disposiciones convenientes para llevar al cabo su propósito de reducir a cenizas
la isla, sin que quedase uno que conservase la memoria de los hechos
sangrientos y terribles que había decretado en el furor de su indignación. Tan
persuadido estaba que le sería tan fácil ejecutar como querer. Después de algunas
escaramuzas en el Valle de San Juan se dirigió Morillo a Porlamar, Valle del
Espíritu Santo y por último a Pampatar donde acordó el plan de las operaciones
que debían practicarse para la pacificación de la isla. Varias y porfiadas
fueron las acciones que tuvieron lugar en esta campaña, en las que siempre
salió humillada o confundida la arrogancia castellana. El boletín general del
ejército republicano contiene los principales acontecimientos, sus pormenores y
resultados como se verá de su contenido que dice así:
Boletines del ejército libertador de
Margarita.
“La suerte de la decantada expedición
española de los jefes Canterac y Coupigni y en la que el tirano Morillo
amenazaba confundir a Margarita, ha sido tan feliz para nosotros cuanto debía
esperarse del valor y entusiasmo de sus defensores.
“Este General español se presentó en
el puerto de Guamache el 14 de julio con 22 velas, y luego que fue avistado
dispuso el benemérito General Francisco Esteban Gómez que marchasen nuestras
tropas a contenerlo en las costas de Sotavento. El enemigo en número de 3.000 hombres
desembarcó en las alturas de las Cuicas y Bancolargo, y el benemérito jefe de
estado mayor Coronel Joaquín Maneyro le sostuvo una dura acción con 400
infantes y 500 caballos forzándole a permanecer en las playas y cerro de la
Vela sin atreverse a registrar el campo de batalla. Aterrado Morillo con este ensayo
envió un parlamentario el 17 ofreciendo perdón y haciendo promesas lisonjeras
que fueron altamente despreciadas.
“En este encuentro murieron tres oficiales
subalternos, y fue herido el jefe del estado mayor de la caballería Celedonio
Tubores: Siete muertos y veinte heridos tuvo la tropa, después de haber peleado
con un valor distinguido y la pérdida del enemigo fue considerable. (Sabana
Grande, 18 de julio).
“Este permaneció en sus posiciones por
dos días, y dispuso el jefe de estado mayor que nuestras tropas se retirasen
dos leguas al centro del Valle de San Juan, para que adelantando aquel sus marchas
en nuestra persecución, lográsemos darle una acción en campo raso, donde
pudiese obrar la caballería; pero el faldeó los cerros sin aproximarse nunca a
la llanura.
“Esta operación impelió al General en
Jefe a convocar una junta de guerra en la que se resolvió la retirada del
ejército a la línea del Caranay en el pueblo de San Juan para que nuestra
caballería no padeciese, y a fin de alejar al enemigo de sus buques,
facilitando nuestros recursos y forzándolos a un choque.
“Colocado nuestro ejército en el
Caranay el enemigo protegido por sus buques, marchó por la costa del Sur: en la
Cruz del Pastel tuvo un encuentro con nuestra caballería y a la entrada de
Porlamar otra con una división confiada al mando del Teniente Coronel Luis Gómez
que guarnecía aquel punto: esta se sostuvo hasta que aquel fue herido, retirándose
en orden a la ciudad. El enemigo tomó posesión de los escombros del pueblo y
penetró hasta el del Valle del Espíritu Santo, donde hubo algunas escaramuzas,
siendo al fin evacuado.
“No hubo tiempo para destruir las
fortalezas de Pampatar y las cortas fuerzas que las guarnecían viéndose
atacadas el 24 por todas las de Morillo, no se empeñaron en su defensa,
retirándose el mismo día a la capital. (La Asunción, 25 de julio de 1817).
Nota:
1.
No se daba cuenta Morillo de que la suerte de Margarita se decidía en el
Orinoco con la llegada de la escuadra, y los trabajos del Libertador y
Arismendi para asegurar la victoria de Cabrián, cuya consecuencia fue la
liberación completa de Guayana y la evacuación de Margarita por Morillo, cuando
tuvo noticia del desastre de los suyos en aquella provincia. Vicente Lecuna.
FUENTE:
-Yanes, Francisco Javier (1998). “Historia de Margarita y Observaciones del General
Francisco Esteban Gómez”. Tercera edición. pp. 116-123. Edición especial: Fundación
Margarita 500 años. Editorial Raidis, La Vecindad, Isla de Margarita, estado
Nueva Esparta, Venezuela.
0 comentarios :
Publicar un comentario