Nueva Ciudad de Cádiz, Cubagua

Primera de Suramérica con título. 12 de septiembre de 1528.

domingo, 31 de mayo de 2015

Contestación de F. E. Gómez a Morillo - Francisco Javier Yanes.

Contestación de F. E. Gómez a Morillo.


Retrato de Pablo Morillo Morillo, de Horace Vernet. Óleo sobre lienzo, 1820-1822. Museo del Hermitage. San Petersburgo, Rusia. 




Francisco Javier Yanes




Proclama del General en Jefe español.


“Habitantes de Margarita. Desde Ocaña os prometí en abril del año último que vendría sobre estas costas para castigar a los sediciosos y restablecer el orden que habían alterado.


“El hipócrita y despreciable Arismendi decía que os engañaba y que la presunción y el orgullo dirigía mi voz desde las orillas del Magdalena. Ya veis si he cumplido mi promesa, después de dejar sumisas al Rey, y gozando de su antigua felicidad las hermosas provincias del Nuevo Reino de Granada. Juzgad ahora de mi conducta, y conoced vuestra situación.


“Habitantes de Margarita. Sé todos los pormenores de vuestra revolución, y conozco los infames que la han causado. Estos mismos por la mayor parte os abandonan a vuestra propia suerte, como cobardes que son, al momento que me he aproximado, y huyen a la sola idea del riesgo que les amenaza.


“Ese Arismendi, nacido para vuestro mal, tan cobarde como ruin, no vendrá en vuestro auxilio, ni tampoco la multitud de miserables que han blasonado, cuando nada temían de cerca; ahora todos emigran, os abandonan con diversos pretextos; y el pirata Brión, concluye con saquear la isla y fugarse con sus buques1.


“En este estado, os convido nuevamente con la clemencia de nuestro amado soberano el Sr. Don Fernando VII cuyo augusto y magnánimo corazón se complace solo en el bien y felicidad de sus vasallos. Aprovechaos pues de ella y contad con el perdón de vuestros crímenes si os sometéis desde luego.


“Sabéis por experiencia que sé cumplir mis ofertas y que mi palabra es inviolable. Vuestra suerte no puede ser dudosa, cuando es constante que además de la división expedicionaria que acaba de llegar de la península, tengo a mi disposición las divisiones del ejército, cuyo valor y decisión son bien conocidos.


“Si a pesar de este paso que doy en obsequio de la humanidad y como una consecuencia de los principios que siempre han dirigido mi conducta, os empeñáis en vuestra rebeldía, como lo habéis manifestado desde el momento de mi desembarco, nada habrá que detenga mis empresas; y cesando las consideraciones y las esperanzas de vuestra reducción, marcharé sobre vosotros con fuerzas respetables que están a mis órdenes: la desolación y el terror irán delante de ellas; y si los traidores de Barcelona acabaron con su mísera existencia; en esta isla desleal no quedarán ni las cenizas, ni aun la memoria de los rebeldes que despreciaron la piedad del Soberano, y se empeñaron en su exterminio. Cuartel General del Campamento de los Barales, 17 de julio de 1817. —El General en jefe.—Pablo Morillo”.


Intimación al Comandante General


En seguida dirigió una intimación al Comandante de las armas de la isla concebida en los mismos términos y en el estilo siempre fulminante y amenazador tan propio, y solo propio del español en mando, y es como sigue:


“Don Pablo Morillo &. Al Comandante de la fuerza armada que se halla en Margarita. Las tropas del Rey, bajo mi mando vuelven otra vez a pisar el suelo de esta isla, y espero que pronto se halle toda ella sometida a la dominación de su legítimo Soberano.


“Conozco muy bien vuestros comprometimientos, y estoy persuadido que la masa general de los habitantes no ha querido atraerse sobre sí tantos y tan desastrosos males. Vuestra desgracia es obra de un hombre perverso; y la sangre que se ha derramado y las inquietudes y zozobras que os han traído es el presente más digno que ha podido haceros su detestable corazón.


“Soy conocido de todos vosotros; y mi lenguaje y mis sentimientos no deben seros sospechosos. Estoy dispuesto a emprender una campaña, cuyo resultado no puede ser dudoso; bien sabéis los medios de que dispongo, harto suficientes para realizar mis planes.


“Sin embargo, amante de la humanidad y siempre propenso al bien, he meditado haceros esta intimación acompañada de una proclama al pueblo de Margarita, en que con la franqueza propia de un militar, le manifiesto mis intenciones.


“La suerte os ha colocado en una situación en que podéis hacer la verdadera felicidad de vuestra patria, tomando el único partido que os aconseja la razón y el deber.


“Si hacéis desarmar los habitantes; si os sometéis con ellos a la obediencia de nuestro amado Soberano el Señor Don Fernando VII cesará toda hostilidad: se olvidarán los acaecimientos pasados; y podéis contar con la protección del gobierno de S. M. Los jefes o personas leales que os acompañen a este servicio importante serán atendidos igualmente y recompensados a proporción del mérito que contraigan.


“El encargado de presentaros esta intimación os instruirá menudamente en todo lo que deseéis saber para dirigir vuestra conducta.


“No se me culpará en lo sucesivo de los desastres que puedan seguirse si la obstinación y la infidelidad es vuestro partido; pudiendo aseguraros que sin amenazar vanamente, ni hacer ostentación de mi poder, será tan ejemplar el escarmiento de esta isla, que no quedará uno solo que no sufra el castigo de sus crímenes, ni que conserve la memoria de los hechos sangrientos y terribles que sufrirán ellos y sus familias. Cuartel General de los Barales. 17 de julio de 1817.—Pablo Morillo.”


Enterado el Comandante General de estos documentos dio la respuesta que sigue:


Contestación de F. E. Gómez.


Francisco Esteban Gómez, s/f.


“El General en jefe del Ejército Libertador de la isla de Margarita. Al Exmo. Señor General en Jefe de las tropas del Rey.


“Exmo. Señor: Los espartanos de Colombia han visto con bastante admiración el parlamento inesperado que V. E. les envía: extrañan el bárbaro estilo de intimar la rendición de esta isla, después de haber hostilizado atrevidamente sus costas sin preceder aquel requisito, y se complacen al ver que V. E. ha conocido su yerro, cuando ya todos se hallan irritados y revestidos con las nobles insignias del valor para vengar los nuevos ultrajes que se les irrogan.


“Las tropas del Rey que tiene V. E. bajo su mando nada han adelantado con pisar otra vez las áridas playas de Margarita, y el esperar por esto que vuelva a la tiránica dominación española, es tan difícil como que V. E. cumpla las promesas que hace bajo la mentida frase de que su palabra es inviolable.


“Si V. E. conoce los comprometimientos de la masa general de esta isla, debe también sacar por consecuencia, que no es ya la causa de un particular la que defendemos y que el general Arismendi a quién V. E. atribuye el origen de nuestras desgracias, lejos de traernos esos supuestos males puso en nuestras manos el precioso don de la libertad, y supo conducirnos a la cumbre de la gloria dejándonos a su partida sabias lecciones para defendernos, y fieles modelos para vencer españoles.


“La sangre que se ha derramado y la que derramará, emana del intimo impulso que tiene todo hombre al defenderse de su enemigo y del implacable odio que profesan los margariteños a sus opresores y no de las ideas perversas de nuestro héroe; del entusiasmo que a todos nos anima para sepultarnos entre las ruinas de nuestro país con cuantos objetos amables poseemos, antes que dejar a la posteridad el confuso lunar de la humillación y vasallaje en el brillante cuadro de nuestras victorias.


“Cierto es que V. E. es bien conocido de nosotros, y jamás borrarán de su memoria los margariteños la duración, aunque efímera de sus pasadas promesas: males de toda especie cayeron sobre nosotros en vez de los prometidos beneficios: un grito general se oyó en toda la isla, y este lastimoso clamor fue el que instigó al pueblo a usar del derecho de insurrección que le permite la ley de la naturaleza y de todas las sociedades.


“Desde entonces ratificó el juramento que antes había hecho por su independencia y libertad y tomando por divisa morir o vencer borró para en adelante las palabras de perdón y olvido de lo pasado con que todos los jefes españoles ocultan y abrigan sus verdaderas intenciones, y disfrazan sus tramas para sacrificarnos.


“Así pues, está por demás repetir estas promesas, como también el paso que V. E. ha tenido la bondad de dar en favor de la humanidad, enviándonos su proclama e intimación, no pudiendo dejar de advertirle que hemos fijado muy atentamente la consideración en la amenaza que nos hace V. E. de la total desolación de la isla si no convenimos con lo que soberanamente nos intima. Por tales expresiones de V. E., por los comprometimientos primitivos, y por los que en virtud de la conducta de los agentes de V. E., en esta isla, tomó el pueblo resolutivamente, acabará de conocer los uniformes sentimientos de estos habitantes, para el último arreglo de su conducta, debiendo añadir, que si V. E. fuere vencedor se hará dueño de los escombros, de las cenizas y de los lúgubres vestigios que a su pesar quedarán de nuestra constancia y valor con más brillo que los de Sagunto y Numancia. Si la fuerza y los medios que están a disposición de V. E. son tales cuales nos los pinta, bien podrá coger por triunfo, para satisfacer la tirana ambición de su soberano, y complacerse, en ellos, la área estéril y desolada de la isla Margarita, pero jamás podrá decir que se le rindieron sus ilustres defensores, Cuartel General de la Sabana Grande a 18 de julio de 1817. 7mo. Francisco Esteban Gómez.”


Esta contestación hirió vivamente el orgullo de Morillo, prorrumpiendo al leerla en sus expresiones de costumbre; y mandando luego poner en movimiento todas las fuerzas de tierra y mar, dio las disposiciones convenientes para llevar al cabo su propósito de reducir a cenizas la isla, sin que quedase uno que conservase la memoria de los hechos sangrientos y terribles que había decretado en el furor de su indignación. Tan persuadido estaba que le sería tan fácil ejecutar como querer. Después de algunas escaramuzas en el Valle de San Juan se dirigió Morillo a Porlamar, Valle del Espíritu Santo y por último a Pampatar donde acordó el plan de las operaciones que debían practicarse para la pacificación de la isla. Varias y porfiadas fueron las acciones que tuvieron lugar en esta campaña, en las que siempre salió humillada o confundida la arrogancia castellana. El boletín general del ejército republicano contiene los principales acontecimientos, sus pormenores y resultados como se verá de su contenido que dice así:


Boletines del ejército libertador de Margarita.


“La suerte de la decantada expedición española de los jefes Canterac y Coupigni y en la que el tirano Morillo amenazaba confundir a Margarita, ha sido tan feliz para nosotros cuanto debía esperarse del valor y entusiasmo de sus defensores.


“Este General español se presentó en el puerto de Guamache el 14 de julio con 22 velas, y luego que fue avistado dispuso el benemérito General Francisco Esteban Gómez que marchasen nuestras tropas a contenerlo en las costas de Sotavento. El enemigo en número de 3.000 hombres desembarcó en las alturas de las Cuicas y Bancolargo, y el benemérito jefe de estado mayor Coronel Joaquín Maneyro le sostuvo una dura acción con 400 infantes y 500 caballos forzándole a permanecer en las playas y cerro de la Vela sin atreverse a registrar el campo de batalla. Aterrado Morillo con este ensayo envió un parlamentario el 17 ofreciendo perdón y haciendo promesas lisonjeras que fueron altamente despreciadas.


“En este encuentro murieron tres oficiales subalternos, y fue herido el jefe del estado mayor de la caballería Celedonio Tubores: Siete muertos y veinte heridos tuvo la tropa, después de haber peleado con un valor distinguido y la pérdida del enemigo fue considerable. (Sabana Grande, 18 de julio).


“Este permaneció en sus posiciones por dos días, y dispuso el jefe de estado mayor que nuestras tropas se retirasen dos leguas al centro del Valle de San Juan, para que adelantando aquel sus marchas en nuestra persecución, lográsemos darle una acción en campo raso, donde pudiese obrar la caballería; pero el faldeó los cerros sin aproximarse nunca a la llanura.


“Esta operación impelió al General en Jefe a convocar una junta de guerra en la que se resolvió la retirada del ejército a la línea del Caranay en el pueblo de San Juan para que nuestra caballería no padeciese, y a fin de alejar al enemigo de sus buques, facilitando nuestros recursos y forzándolos a un choque.


“Colocado nuestro ejército en el Caranay el enemigo protegido por sus buques, marchó por la costa del Sur: en la Cruz del Pastel tuvo un encuentro con nuestra caballería y a la entrada de Porlamar otra con una división confiada al mando del Teniente Coronel Luis Gómez que guarnecía aquel punto: esta se sostuvo hasta que aquel fue herido, retirándose en orden a la ciudad. El enemigo tomó posesión de los escombros del pueblo y penetró hasta el del Valle del Espíritu Santo, donde hubo algunas escaramuzas, siendo al fin evacuado.


“No hubo tiempo para destruir las fortalezas de Pampatar y las cortas fuerzas que las guarnecían viéndose atacadas el 24 por todas las de Morillo, no se empeñaron en su defensa, retirándose el mismo día a la capital. (La Asunción, 25 de julio de 1817).





Nota:
1. No se daba cuenta Morillo de que la suerte de Margarita se decidía en el Orinoco con la llegada de la escuadra, y los trabajos del Libertador y Arismendi para asegurar la victoria de Cabrián, cuya consecuencia fue la liberación completa de Guayana y la evacuación de Margarita por Morillo, cuando tuvo noticia del desastre de los suyos en aquella provincia. Vicente Lecuna.





FUENTE:
-Yanes, Francisco Javier (1998). “Historia de Margarita y Observaciones del General Francisco Esteban Gómez”. Tercera edición. pp. 116-123. Edición especial: Fundación Margarita 500 años. Editorial Raidis, La Vecindad, Isla de Margarita, estado Nueva Esparta, Venezuela.



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