La Colonización Alimentaria
La llegada de los
europeos a América en el siglo XVI produjo
una transformación en las costumbres
culinarias, ya que si bien desde las primeras décadas de la colonia hubo
numerosos intentos de cultivar especies como el trigo y la vid, la sociedad
colonial tuvo que aprovechar más los recursos locales.
La riqueza cultural
y natural del continente americano durante la época prehispánica favoreció la
disponibilidad de una enorme cantidad de alimentos. Se reconocen al menos dos centros
de origen y domesticación indígena de las plantas alimenticias en América. Uno
se encuentra en México-América Central, con recursos vegetales hoy tan
difundidos como el maíz, el boniato, los frijoles, el maní, el ñame, la
calabaza, los ajíes, el aguacate, la guayaba, la lechoza, el cacao, la piña, la
chirimoya, la guanábana, el mamey, etc. El otro centro se encuentra en
Suramérica y se le atribuyen importantes alimentos como la papa, la yuca, el
tomate, los frijoles, el maní, la
calabaza, la parchita, etc.
Plantas aborígenes |
Cocotero |
Luego del
descubrimiento, gradualmente fue desarrollándose la comida criolla americana,
que fue producto de una adaptación a los ingredientes disponibles. Por ejemplo, aunque los colonizadores
preferían el pan de trigo, ante la falta de harina tuvieron que sustituir el
pan con el cazabe y/o la arepa de maíz, que se podían obtener en todo tiempo y
lugar. El cazabe podía durar mucho tiempo sin descomponerse y por lo tanto era
un alimento muy útil para las largas travesías marítimas.
Planta de Yuca |
En este periodo se
inició también la importación de los productos de la metrópoli. La nueva clase
emergente representada por los empleados oficiales y reales que organizaron el
Nuevo Mundo, exigieron consumir sus alimentos y es así como se empiezan a
enviar barcos con animales como la vaca, el carnero, la gallina y el cerdo, y
plantas como el trigo, la caña de azúcar, la zanahoria, etc.
Animales del Nuevo Mundo |
Las diferencias
sociales se reflejaban en las costumbres y hábitos alimenticios de las
diferentes capas de la sociedad. La comida servida en las casas de la gente más
prestigiosa era muy diferente a la servida en un humilde hogar indígena o de
mestizos pobres. Algunos productos se caracterizaban por su alto costo lo cual
era proporcional a la poca oferta, mientras que los conocidos como "comida de indios" se
adquirían por bajos precios. Las mesas de la nobleza generalmente eran
abundantes en elaborados platos donde predominaban las carnes, las frutas,
postres y vino, mientras que las mesas pobres se conformaban con sopas, queso,
ajo y legumbres con alguna carne barata.
Luego, algunos de
los alimentos cuyo consumo se generalizó a fines del siglo XVIII y principios
del XIX venían de los puertos de la Habana, Kingston, Santo Domingo, Curazao y
Nueva Orleáns, traídos por contrabandistas que los introducían
clandestinamente: jamón, harinas, azúcar, orégano, comino, clavo, aceitunas,
mantequilla, bacalao, higos, pasas, sidra, ginebra, anís, cerveza, coñac: todos
ellos adquirieron un gusto regional especial, aderezado por la aventura de
conseguirlos burlando a
las autoridades portuarias.
Las plantas de
origen africano también se cuentan dentro de los recursos vegetales del
continente. Las introducciones más tempranas corresponden a especies como el
quimbombó, que tiene su centro de domesticación probable en África occidental;
el melón, que tal vez viajó de África a Europa y de allí a América; la palma
aceitera, algunos tipos de malangas y ciertos ñames, traídos en los barcos
negreros desde África. Los africanos, que arribaron a diferentes países de la
región, con frecuencia fungían como cocineros y aportaron su forma particular
de preparar los alimentos, dejando una visible huella en las cocinas locales.
Estos nuevos
ingredientes cambiaron para siempre la gastronomía nativa, ya que los empezaron
a introducir en sus diferentes recetas dando como resultado variados platos y
cocidos. La gastronomía es parte de la cultura y por lo tanto también va
cambiando en el tiempo. La conquista hispana, con sus luces y sombras, implicó
la formación de una nueva cultura que tiene en América una expresión culinaria
importante.
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