El Descubrimiento de las Perlas
“En el viaje
tercero que Cristóbal Colón hizo a indias, año de 1498, (…), Llegó a la isla
Cubagua, que llamó de perlas. Envió un batel con ciertos marineros a tomar una
barca de pescadores, para saber que pescaban y qué gente eran. Los marineros
siguieron la barca, que, de miedo, habiendo visto aquellos grandes navíos,
huía. No la pudieron alcanzar. Llegaron a tierra, donde los indios pararon su
barca y aguardaron. No se alteraron ni llamaron gente, antes mostraron alegría
de ver hombres barbados y vestidos a la marinesca. Un marinero quebró un plato
en Málaga, y salió a recatar con ellos y a mirar la pesca, porque vio entre
ellos una mujer con gargantillas de alfójar al cuello. Hubo a trueco del plato
(que otra cosa no sacó) ciertos hilos de alfójar blanco y granado, con que se
tornaron alas naos muy alegres. Colón, por certificarse más y mejor, mandó ir
otros con cascabeles, agujas, tijeras y casco de aquel mismo barro valenciano.
Pues lo querían y preciaban. Fueron, pues, y trajeron más de seis marcos de
alfójar menudo y grueso con muchas buenas perlas entre ellos.” Dígovos los
españoles en la más rica tierra del mundo: demos gracias al Señor” (López de
Gómara, Historia General de las Indias).
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