Nueva Ciudad de Cádiz, Cubagua

Primera de Suramérica con título. 12 de septiembre de 1528.

MUSEO NUEVA CÁDIZ

El edificio que hoy sirve de sede al Museo Nueva Cádiz fue construido entre los años 1609 y 1612, por el gobernador de Margarita para entonces, Don Bernardo de Vargas Machuca, y tenía dos finalidades: la planta baja se dedicó a la cárcel púbica y la planta alta se dedicó al cabildo o al ayuntamiento.

JARDÍN DEL MUSEO NUEVA CÁDIZ

En él se hallan una amplia variedad de árboles ornamentales y frutales. Entre ellos el denominado “Pandano” una planta tropical con el tronco ramificado y curvado que puede alcanzar varios metros de altura.

LAS PERLAS DE CUBAGUA

La isla de Cubagua que conforma junto con las de Margarita y Coche el estado Nueva Esparta de Venezuela, fue el primer asentamiento español en suelo venezolano y su existencia inicial se debió fundamentalmente a la extracción de las perlas que abundaban en sus aguas y que desaparecieron debido a su explotación irracional.

RUINAS DE LA CIUDAD DE NUEVA CÁDIZ

Nueva Cádiz fue la primera ciudad española de Sur América, organizada en 1526 como Villa de Santiago y luego en 1528 obtuvo formalmente el título de ciudad de Nueva Cádiz. Allí se ejerció una explotación perlífera inmisericorde que les permitió a los conquistadores construir una ciudad relativamente grande, con dos iglesias, otros edificios públicos y de habitación.

ESCULTURAS DE JESÚS CRISTO

Esculturas que reflejan la vida y obra de Jesús Cristo de autoría anónima. “Humildad y Paciencia” y “Jesús atado a la Columna”. Fueron usadas en la Semana Santa de la ciudad de La Asunción.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Gracias como la anchura de la mar. Juan J. Prieto Lárez

           Gracias como la anchura de la mar
   


   Apreciados lectores y lectoras estas líneas son de agradecimiento por visitar nuestra biblioteca digital. Allí estamos construyendo la memoria escritural de hombres y mujeres de esta tierra que han abrazado las letras desde sus diferentes perspectivas, poesía, narrativa, ensayos, crónicas y todo ese barullo intelectual que no es más que un legado imperecedero para descubrirnos en el paisaje humano de lo que vamos siendo.

    Nos ocupa esta vez la memoria del maestro Ángel Félix Gómez, quien ocupó la primera línea entre los margariteños que supo seducir las auroras y atardeceres para dedicarles un montón de letras maravillosas, su enamoramiento por el salitre, por los barcos, por los caracoles y también por los fantasmas navegando mar adentro que solo él los veía y les hablaba. Felito, con su tamaño rozando el cielo, encontró la forma de decirnos que siempre está con nosotros correteando guanaguanares, engañando alcatraces con palitos de clemón, mareando gaviotas, contando estrellas de mar sobre el lomo de un caballito también hecho de mar.

   Ya él sabe igual que nosotros de la edición digital de unas sesenta obras suyas (https://bibliotecadigitalne.org/biblioteca2/), y que faltan muchas, pero su mejor lectora y ductora de su alma y corazón Dexsi, está ojeando y escogiendo los próximos textos que se sumarán a esa divina heredad que llevaremos como ariete de nuestro amor por este suelo isleño. De nuevo muchas gracias.


                                                    Juan J. Prieto L.
                                               La Asunción 2024